SEGUNDA QUIMIOTERAPIA Y LA RAPADA

¡Holi!

Ya cada vez me tardo más en escribir los post porque pienso mucho en lo que redacto, las personas que me conocen saben que soy muy perfeccionista y quiero hacérselos lo más ameno posible, en fin, este post lo reescribí 8 veces, así que espero disfruten leerlo.

Los 21 días entre la primera y segunda quimioterapia se me pasaron rapidísimo, ya me habían explicado que antes de cada quimioterapia debía hacerme análisis de sangre para que la doctora pudiera asegurarse de que mi cuerpo se encontraba en óptimas condiciones para recibir la quimio, lo que implicaba que debía alimentarme sanamente, estar tranquila y dormir bien.

El fin de semana previo a mi segunda quimio fue uno de los más difíciles emocionalmente hablando, y es que aún cuando nadie se murió, ese fin de semana algo dentro de mi se rompió un poquito, no recuerdo haber llorado tanto como esos dos días. No les voy a hablar a fondo de esto porque los corazones rotos no son un tema novedoso, pero lo menciono porque resulta que el llanto baja más las defensas que desayunar volovanes, así que como era de esperarse, mis estudios indicaron que estaba baja de defensas y la doctora después de regañarme por no haberme alimentado correctamente, no haberme relajado y no haber dormido correctamente, me dijo que tendríamos que retrasar mi quimioterapia por una semana, para dar tiempo a mi cuerpo de estabilizarse. Me sentí bastante mal por no darle prioridad a lo que era en verdad importante: MI SALUD. Así que me puse las pilas y comencé a comer mejor, sobre todo muchas cosas verdes (brócoli, espinaca, acelga, chayote, etc).

A mi preocupación de comer mejor para subir mis defensas, le sumé la preocupación de la caída del cabello, la cual era cada día PEOR. Mi cabello cada vez se sentía más y más delgado, no quería ni tocarlo porque pensaba que lo rompía e inevitablemente comenzaron a notarse HUECOS con poco cabello en mi cabeza. No pude evitar preocuparme al ver la cara de TERROR de mi mamá cuando esos huecos empezaron a hacerse muy evidentes, así que para quitarle la mortificación de ver como su hija se iba quedando sin cabello, y para quitarme de encima la preocupación de recoger cabellos de cada lugar donde yo estaba, TOMÉ LA DECISIÓN DE RAPARME.

Si pudiera armar un “KIT PARA SOBREVIVIR A LA RAPADA” sin duda incluiría una gran seguridad, un pañuelo bonito para la cabeza, una cámara para guardar el momento (y es que yo todo quiero fotografiar), un estilista con el que te sientas en confianza, y una amiga dispuesta a ayudarte a elegir la mejor peluca.

Así que armé mi kit y me fui a ver a mi estilista favorito. No les puedo decir si le dolió más a él o a mi ver cómo caía al piso mi cabello, lo que sí les puedo decir es que fue LA MEJOR DECISIÓN que pude haber tomado. Me sentí libre al no tener que preocuparme de dejar cabellos en mi almohada al dormir, o de sufrir al desenredarme el cabello después de bañarme; después de eso, sólo hay un pensamiento que viene a mi mente cada que veo una cabeza lisa: LIBERTAD.

Saliendo de la estética, fui en busca de una peluca y ha sido de los momentos más divertidos de mi vida. Descubrí que el rojizo no me queda bien, y que tener el cabello rosa no siempre combina con todo. Por si tenían la duda, compré una peluca rosa, porque siempre había querido teñirme el cabello de ese color y no me había atrevido, y mi amiga me regaló una obscura porque según ella era la que mejor se me veía.

El 25 de febrero, pasada la semana extra que me mandó la doctora, me aplicaron la SEGUNDA QUIMIOTERAPIA, todo transcurrió exactamente igual que la primera, sin nauseas, sin dolores, y al salir lo único que sentía era MUCHA HAMBRE, así que nos fuimos a comer y a seguir contando los días para la tercera.

Para las mujeres que me han leído y se han tomado el tiempo de escribirme para contarme que están pasando por lo mismo que yo, les cuento que una semana después de la segunda quimioterapia ya andaba yo en el gimnasio tomando clases de Dance Fit con mis amigas, así que su vida no tiene por qué pararse y ser diferente de lo que era antes. ¡Quiérannse mucho, cuídense mucho y ánimo que sí se puede!

GRACIAS POR LEERME.

Le dejo besos 💋

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